Desde que nuestros padres nos llevaban de picnic a aquellos solares donde hoy hay edificadas modernas urbanizaciones , ha subido nuestra calidad de vida, eso es indudable .
Donde antes habían mesas de camping repletas de tuppers con tortilla de patatas y pechugas rebozadas, regadas con Casera Cola y vinacho de tetra brick del Pryca, ahora hay elegantes cenas servidas por un agradable chico gay o una chica con rastas y camiseta de Custo, con cartas de vino que te quitan el hipo por sus tan poco elegantes precios.
Y esto de la calidad de vida, que parece un slogan político, no es sino una entradilla para comentar que finolis nos hemos vuelto cuando vamos a cenar y analizamos la carta los vinos tal y como si procedieramos de una familia riojana poseedora de vastas extensiones de viñedos desde el siglo XV.
Porque sí, amigos, asumámoslo, la inmensa mayoría no tenemos ni idea de vinos. Cuando veaís a cualquier conocido oliendo la copa o agitándola pretendiendo buscar características, diciendo que es afrutado o de maceración lenta (por decir algo, yo no tengo ni idea), en el 95 % de los casos podréis reiros en su cara.
Porque por algo, los enólogos, se tiran años de formación , con miles de catas, para llegar a conclusiones más discretas que muchas de las personas que nos encontramos por los restaurantes dando lecciones , sólo por el hecho de calzar una buena billetera. A veces los he visto discutir con los camareros, pretendiendo llevar razón en algo que el camarero, sin ser enólogo, sabe bastante más.
En un informativo de la 2, que es muy de estas cositas, comentaba un enólogo en formación ya unos años, que en el curso, les hacian catas ciegas falsas, y que la mayoría caía en la trampa cuando le cambiaban la copa por otro vino que no era malo, pero que no era del todo similar al anterior.
Está claro que si has probado muchos vinos de calidad, podrás distinguir los buenos vinos de los malos, por su sabor, pero de ahí a analizar las características media un abismo, un abismo ridículo.
Y no hay nada peor que hacer el ridículo , y no enterarse.
Donde antes habían mesas de camping repletas de tuppers con tortilla de patatas y pechugas rebozadas, regadas con Casera Cola y vinacho de tetra brick del Pryca, ahora hay elegantes cenas servidas por un agradable chico gay o una chica con rastas y camiseta de Custo, con cartas de vino que te quitan el hipo por sus tan poco elegantes precios.
Y esto de la calidad de vida, que parece un slogan político, no es sino una entradilla para comentar que finolis nos hemos vuelto cuando vamos a cenar y analizamos la carta los vinos tal y como si procedieramos de una familia riojana poseedora de vastas extensiones de viñedos desde el siglo XV.
Porque sí, amigos, asumámoslo, la inmensa mayoría no tenemos ni idea de vinos. Cuando veaís a cualquier conocido oliendo la copa o agitándola pretendiendo buscar características, diciendo que es afrutado o de maceración lenta (por decir algo, yo no tengo ni idea), en el 95 % de los casos podréis reiros en su cara.
Porque por algo, los enólogos, se tiran años de formación , con miles de catas, para llegar a conclusiones más discretas que muchas de las personas que nos encontramos por los restaurantes dando lecciones , sólo por el hecho de calzar una buena billetera. A veces los he visto discutir con los camareros, pretendiendo llevar razón en algo que el camarero, sin ser enólogo, sabe bastante más.
En un informativo de la 2, que es muy de estas cositas, comentaba un enólogo en formación ya unos años, que en el curso, les hacian catas ciegas falsas, y que la mayoría caía en la trampa cuando le cambiaban la copa por otro vino que no era malo, pero que no era del todo similar al anterior.
Está claro que si has probado muchos vinos de calidad, podrás distinguir los buenos vinos de los malos, por su sabor, pero de ahí a analizar las características media un abismo, un abismo ridículo.
Y no hay nada peor que hacer el ridículo , y no enterarse.
8 comentarios:
uffff, touché. Has tocado una de mis bestias negras; el mundo del vino y los nuevoriquistas enteradillos.
y es que yo, que soy un adicto compulsivo que se engancha a cuelquier cosa evito el vino como de la peste, traumatizado por la recurrente visión de algún feo ( porque SIEMPRE a los que les gusta mucho el vino son feos con ganas) dándoselas de sumiller aprendido en el dominical del pais.
Unos amigos me contaron una vez que a otra amiga suya un poco pija, que se fija en las etiquetas antes de beber y siempre se informa bien antes de pedir el vino pues debe ser de mucha calidad, se la toman a risa y una de las veces que cenaba en su casa le relleneron una botella para comprobar si se daba cuenta y la verdad que ni se enteró y bebió como la que más... Mis amigos todavía se están riendo.
Nunca se lo confesaron, se hubise muerto de vergúenza... Vaya ridículo! Jajjaja.
"( porque SIEMPRE a los que les gusta mucho el vino son feos con ganas)"
Coño, esta variante no la conocía. No se de donde eres, Juan, pero aquí en Valencia coincide con el "fantasma", que puede ser feo o no serlo, ya cada cual que sea lo que quiera, estamos en una democracia.
No entiendo de vinos pero sí distingo entre uno que sabe bien del que sabe a garrafón. Además, al día siguiente el buen vino no te deja tanta resaca. Pero no me fijo en las marcas. Un buen vino de mesa puede ser excelente y en España tenemos muchos aunque ahora con la moda absurda de etiquetarlo bonito y darle denominación de origen a todo, normas de la sacrosanta UE, se ha perdido la oportunidad de bebernos un vino de mesa de la bodega anónima y modesta, y mucho más barato.
Mae
salud
lo de los feos va porque es el típico tema de los tíos rollo que quieren ir de interesantes y bon vivant...y este tipo de epecimenes casi siempre necesitan de estar argucias (pateticas) para tratar de llamar la atencion de las hembras.
Mr. Resquemor, ¿Has dejado el blog? No me creo que no tengas más resquemores... Queremos novedades o cuelga el cartel de cerrado por vacaciones, no? Espero que éstas no sean perpetuas… Jooo!
No. Eso es todo, ya no hay más resquemores de momento. Bueno, o no hay ninguno sobre el que no se haya escrito millones de líneas. Estoy a la espera de que alguién o algo me saque de quicio, o me remueva algún resquemor que tenga por ahí olvidado. Si os acordais de algo los que me conoceis...se admiten propuestas!
Besets!
totalmente de acuerdo con el post! pero eso de que a los que les gusta el vino son feos ES MENTIRA! ;)
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